El pasado sábado 18 de mayo, EcoOcéanos
realizó una salida con alumnos de 3º y 4º de ESO del IES San Miguel de Abona,
para hacer una excursión a Montaña Amarilla y posteriormente hacer snorkel en
la bahía, dentro del programa de Educación Ambiental que está llevando a cabo
en el proyecto piloto de Sostenibilidad costera de Micro Área Ecotursítica
Litoral.
En el grupo vino, un alumno con una prótesis de rodilla. Al verlo, después del saludo, la primera pregunta que le hice fue ¿estás preparado para subir la montaña y meterte en el agua? Para ambas respuestas fueron un “sí rotundo”, pero yo no lo tenía tan claro. Nos montamos en la guagua y iba dándole vueltas a la cabeza y pensaba si era mejor cambiar la ruta.
Pero las dudas comenzaron a despejarse cuando lo vi caminando en el volcán de Montaña Amarilla, con pendientes de ¡45%! y una superficie irregular. Además los compañeros se adaptaron a su ritmo y la excursión transcurrió con total normalidad. Pero aquí no acabaron mis sorpresas cuando terminamos de caminar, tocaba meterse al agua y el alumno, como el resto de los compañeros, se desvistió, se puso el traje de neopreno las gafas y al agua, buceamos en la bahía identificando la rica biodiversidad de especies
En el grupo vino, un alumno con una prótesis de rodilla. Al verlo, después del saludo, la primera pregunta que le hice fue ¿estás preparado para subir la montaña y meterte en el agua? Para ambas respuestas fueron un “sí rotundo”, pero yo no lo tenía tan claro. Nos montamos en la guagua y iba dándole vueltas a la cabeza y pensaba si era mejor cambiar la ruta.
Pero las dudas comenzaron a despejarse cuando lo vi caminando en el volcán de Montaña Amarilla, con pendientes de ¡45%! y una superficie irregular. Además los compañeros se adaptaron a su ritmo y la excursión transcurrió con total normalidad. Pero aquí no acabaron mis sorpresas cuando terminamos de caminar, tocaba meterse al agua y el alumno, como el resto de los compañeros, se desvistió, se puso el traje de neopreno las gafas y al agua, buceamos en la bahía identificando la rica biodiversidad de especies
Mi falta de experiencia con personas de diferentes
características me ha supuesto un gran un reto. El hecho de realizar
actividades fuera del aula, ya de por si, tiene su dificultad, y es necesario
asumir responsabilidades y tomar precauciones. Es por ello, que considero que
estos encuentros me han permitido acercarme un poco más al mundo de la
discapacidad, e incluso eliminar aquellos prejuicios que uno tiene por
desconocimiento. Incluso me atrevo a decir, que me ha servido para darme una
lección de integración.
Es la segunda vez que en este tipo de actividades tengo que
trabajar con personas con algún tipo de discapacidad, la otra experiencia anterior fue con un adolescente de 16 años del IES Mencey
Acaymo. Este alumno tenía una parálisis parcial de un lado de su cuerpo pero
nos acompañó y disfrutó, como los demás, haciendo snorkel, y de nuevo cual
fue mi sorpresa, al ver que se desenvolvía mucho mejor en el agua que fuera de
ella.
Concluyendo, personalmente, los adolescentes me siguen
aportando muchas experiencias positivas, y el mar, con las debidas precauciones, es un espacio para todos sin excepciones.
Nota: no podemos poner más imágenes porque desgraciadamente cuando estábamos en el agua con los chicos alguien nos robo la cámara.
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