Tradicionalmente, en el mundo de la pesca, nunca se ha tenido en consideración la importancia ecológica de las especies capturadas. La prioridad ha girado en torno al tamaño de las piezas y su interés comercial. En la pesca deportiva, además se valora la complicación y peligrosidad que supone las capturas.
Sumando todos estos conceptos, los tiburones son piezas muy codiciadas por los pescadores profesionales y deportivos. Es fácil rastrear internet y ver muchos ejemplos (1, 2, 3, 4) de barcos deportivos en Canarias que se dedican a la captura de tiburones y otros cartilaginosos con fines puramente lucrativos.
Al margen de la legalidad de estas actuaciones, es obvio que es prioritario iniciar campañas de concienciación de la importancia de proteger en el futuro a todos los grandes depredadores marinos como los tiburones. Nuestra asociación aboga por este cambio de mentalidad, y por la importancia de tener conciencia en que eliminar a los depredadores crea enormes desequilibrios ecológicos, también en el mar.
Para propiciar este cambio de mentalidad hará falta enormes esfuerzo, puesto que masivamente se sigue considerando que la extracción de rescursos pesqueros en el mar no debería estar sujeta a ningún tipo de limitación, ni ética ni ecológica, incluso por parte de los gobiernos. En el caso de España, estamos considerados como una potencia mundial en la captura de tiburones, e incluso el Gobierno ha dado subvenciones millonarias para que la flota española capture tiburones por todo el planeta.
Esto no es de extrañar, cuando es la propia televisión pública española la que difunde la "heroicidad" que supone la pesca de tiburones en aguas canarias, en este lamentable programa de la serie Jara y Sedal, sobre la pesca deportiva de tiburones martillo en La Graciosa.
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