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Falta por ver por donde evolucionará este movimiento que ha nacido con mucha potencia, y que como en todo movimiento ciudadano, se corre el riesgo de morir de éxito.
A la hora de analizar tanto el manifiesto como las propuestas, se echa algo de menos un mayor compromiso planetario, tanto en lo ambiental como en lo social, ya que por aquí cerca la cosa anda mucho peor incluso que en casa. Pero desde luego, la filosofía general está cargada de buenas intenciones y es muy loable.
Estaremos expectantes de por dónde se va a encaminar toda esta energía que se ha creado al margen de los poderes establecidos, y utilizando las nuevas tecnologías como mecanismo de convocatoria y comunicación.
¿Habrá conseguido Stéphane Hessel prender la llama de la indignación en el Estado español?
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