Por fin hemos podido acudir a la información pública del proyecto del secadero de aletas de tiburón que la empresa North Atlantic Agadir pretende instalar en Arico, y por fin podemos dar información detallada de este despropósito, auténtica vergüenza para Tenerife. Esta es la información detallada:
LOCALIZACIÓN
Se encuentra ubicado en la zona conocida como San Juan, en el término municipal de Arico. Está cercano al núcleo de La Cisnera de este municipio, y se llega a la finca por una carretera secundaria.
El proyecto se haya localizado en una zona 100% agrícola, en concreto en una finca de 1,18 Ha. (11.800 m2) de suelo calificado como rústico, en actual estado de total abandono, en cuyo interior se encuentra una gran charca sin uso, de aproximadamente 500 metros cuadrados de superficie. Según la promotora, la elección de este lugar recóndito de Tenerife se debe a que tiene las condiciones óptimas de viento y sol para el secado natural de las aletas del tiburón.
EL PROYECTO
Llama poderosamente la atención que existen dos versiones del proyecto, una inicial de diciembre de 2010, en la que no se menciona la palabra "tiburón" por ningún lado (que nosotros hayamos visto), y que se tramitó bajo el nombre genérico de "secadero artesanal de pescado".
Por fortuna, la administración le exige al promotor una corrección en el trámite urbanístico, y en este segundo documento (octubre de 2011) aparece ya las verdaderas intenciones de este proyecto en el título: "secadero de aletas de tiburón artesanal". Es decir, parece evidente un intento inicial de camuflar la verdadera actividad que iba a tener esta empresa.
La intervención consiste en modificar el habitual uso agrícola de la finca para reconvertirla en una industria dedicada al secado de las aletas. Básicamente, lo que se pretende es reutilizar la antigua charca para la habilitación de la construcción donde se ubicaría la industria, y el reparto a lo largo de toda la fina de nada menos que 94 enormes mesas para el secado, que funcionarían como pequeños invernaderos.
¡94 mesas-secaderos!
En el proyecto hay muy poca información sobre el origen de las aletas. De hecho, el proyecto se circunscribe a la tramitación urbanística para la legalización de la actividad en ese lugar. Tan sólo se menciona secundariamente alguna información de interés, que aporte información sobre lo que se pretende en realidad. Reproducimos aquí algunas de estas cuestiones fundamentales que aparecen en la Memoria de octubre de 2011:
- Página 2: ...el proyecto va a realizar un volumen alto de procesado de aletas de tiburón, por lo que al realizarse de forma artesanal, tal y como es requerido por los demandantes de estos productos, la utilización de mano de obra directa es alta, aproximadamente 10 trabajadores. (...) Efectivamente, debido a la manualidad de este tipo de proyecto, es necesario un volumen importante de mano de obra directa, como son: Administrativos (un gerente, un comercial y un contable-administrativo); Manuales (un encargado de producción, cinco ayudantes y un personal de seguridad)
- Página 3: La producción máxima mensual en kilos de aletas secas que puede soportar este proyecto es de 2.538 kg., con un precios de mercado de 138 € el kilo de aleta seca, realizándose un volumen de negocio mensual de unos 350.244 € brutos, calculándose un beneficio neto de un 10%. Suponiendo una producción máxima, el volumen de negocio podría ser equiparable al presupuesto anual del propio ayuntamiento de Arico.
A esto es a lo que se enfrenta la Isla de Tenerife: a un negocio redondo para los promotores, que propiciaría la increíble cantidad de ¡¡¡10 trabajadores!!! a cambio de un desprestigio internacional brutal para la Isla.
A raíz de la polémica creciente, el propio promotor presenta un escrito el pasado 6 de julio al Viceconsejero de Política Territorial, en el que sigue aportando más información. Dicho escrito, que autodenomina "documento aclaratorio", se justifica (textualmente) por "las numerosas informaciones y opiniones -erróneas incluso tendenciosas- vertidas en distintos medios que pudieran mal predisponer sin causa al órganos administrativo responsable de la aprobación definitiva del expediente". Estas son algunas de las "aclaraciones" del promotor:
"La empresa conoce y es plenamente consciente de la problemática ambiental que están sufriendo las pesquerías en el planeta, en especial toda la que tiene que ver con la sobreexplitación de los recursos pesqueros, entre los que se encuentran las distintas especies de tiburón. (...) No parece justo (...) atribuir a un simple secadero la merma o desaparición de especies marinas como el tiburón, y menos aún imputarle indirectamente las prácticas aberrantes y carentes de toda ética del finning, es decir del corte de las aletas del animal vivo para devolverlo insitu al mar"
Finalmente a este documento aclaratorio, adjunta un listado de datos concretos, entre los que destacan los siguientes:
"España comercializa el 60% de los tiburones que se consumen en el mundo" FALSO
"(...) se crearán de 15 a 20 puestos de trabajo directos" MULTIPLICA POR DOS LO QUE DICE EL PROPIO PROYECTO
"Las aletas de tiburón proceden de una pesca responsable y sostenible, y acorde a las normativas de la Unión Europea" MÁS QUE FALSO, REPUGNANTE...
"Esto es lo mismo que comprar muslos de pollo en el supermercado y preguntarse: ¿y con el resto del pollo que se hace?" SIN COMENTARIOS...
"El mito que se tira el cuerpo al mar, sería hace un siglo (...)" UNA PÁGINA ANTES RECONOCE LA EXISTENCIA DEL FINNING Y AHORA DICE QUE ESO ERA HACE UN SIGLO...
Finalmente hace una comparación con la actividad tradicional del secado de pescado en Canarias, las jareas (como las de salemas, por ejemplo), y manifiesta que es una actividad similar a la que se propone, pero encima no regulada.
Ante tal cantidad de estupideces incluso contradicciones, nos preguntamos quién está actuando de forma ERRÓNEA Y TENDENCIOSA
LA LEGALIDAD URBANÍSTICA
El procedimento urbanístico que se ha seguido ha sido el siguiente: tras la presentación del primer proyecto de 2010, se pretendía que se autorizase la actividad en base a que era estaba ligada al sector primario, y por tanto permitida en suelo rústico, mediante la denominada Calificación Territorial. Posteriormente, al informársele al promotor desde el Cabildo de que se trataba de una actividad claramente industrial (procesado de una manufactura: aleta de tiburón cortada), tuvieron que presentar un segundo proyecto (octubre de 2011), que intenta legalizar una actividad industrial en suelo rústico de forma excepcional. Esta excepcionalidad está contemplada en el artículo 66.1 del Decreto Legislativo 1/2000, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio de Canarias y de Espacios Naturales de Canarias. Dicho artículo pone lo siguiente:
"Art. 66.1.- En suelo rústico, los usos, actividades y construcciones permisibles serán los de carácter agrícola, ganadero, forestal, extractivo y de infraestructuras. Excepcionalmente podrán permitirse los usos industriales, residenciales, turísticos y de equipamiento y servicios que se integren en actuaciones de interés general."
Para poder acceder a esta excepcionalidad, se tiene que iniciar el segundo procedimiento (en vez de la Calificación Territorial, la denominada Actuación Territorial), que es el segundo proyecto presentado por el promotor en octubre de 2011, y en el que no le queda otro remedio que aclarar definitivamente la actividad que va a realizar (secado de aletas de tiburón) y que en el primer proyecto intentó camuflar bajo el genérico "secadero de pescado".
POSICIÓN DE AYUNTAMIENTO ARICO
El 19 de abril de 2012, el Secretario del Ayuntamiento de Arico certifica la aprobación por la Junta de Gobierno de ese Ayuntamiento de un extenso documento jurídico en el que se analiza la la compatibilidad del Proyecto de Actuación Territorial "Secadero Artesanal de Aletas de Tiburón" con la legalidad urbanística municipal. La conclusión de dicho informe es concluyente:
Es decir, hay una clara incompatibilidad entre la actividad propuesta y la normativa municipal vigente, y el Ayuntamiento lo manifiesta de forma contundente al manifestar que el Proyecto de Actuación Territorial "no es compatible con el Planeamiento vigente municipal". El problema es que este informe urbanístico es preceptivo pero no vinculante.
Pero el proceso del proyecto de la Actuación Territorial termina con el pronunciamiento del Gobierno de Canarias, es decir la autorización o rechazo la tiene que firmar el propio Presidente, Paulino Rivero. Sin embargo, es evidente que la decisión final la tomará el Consejero de Obras Públicas, Transporte y Política Territorial Domingo Berriel (responsable de la Consejería encargada de la tramitación de todo el procedimiento actual). Este es un político que ha sido definido en innumerables ocasiones desde ámbitos conservacionistas como el mayor enemigo del medio ambiente que ha tenido Canarias en toda su historia, y su especialidad son la piruetas jurídicas para legalizar lo que es ilegalizable (ver puerto de Granadilla).
CONCLUSIÓN
El proyecto de secadero de aletas de tiburón es una auténtica barbaridad desde cualquier punto de vista. Los tiburones son el grupo animal más masacrados por el ser humano en la actualidad, y son claves para la salud de los mares. A estas alturas, debería estar prohibida de forma genérica su pesca, pero la incompetencia e ignorancia de las administraciones, y el pánico irracional y absurdo que producen en la población hacen que se les siga exterminando sin consideración alguna.
Desde el punto estrictamente jurídico, el proyecto actual en suelo rústico no es legalizable según el propio Ayuntamiento. Sin embargo, cosas peores hemos visto.
Pero mucho peor que el aspecto político, es el tremendo desprestigio que esta industria causaría a la Isla de Tenerife. Cualquier conservacionista o persona sensible e informada lo verá como una auténtica aberración. Y sectores muy importantes para el turismo en esta Isla, como es el buceo, lo considerarían como un mazaso al posible desarrollo de una actividad que si que puede propiciar centenares de puestos de trabajo (frente a los 10 del secadero) a poco que se gestione de forma racional nuestra biodiversidad marina.
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