Si ahora no, ¿cuándo?

Por Juan Antonio Sánchez (desde La Orotava, Tenerife)

ALGUNAS REFLEXIONES ANTES DE LAS ELECCIONES.

En todo proceso electoral al día anterior a las votaciones se le denomina “jornada de reflexión”, pero yo propongo que en lugar de una “jornada de reflexión”, tengamos un “periodo de reflexión” desde hoy hasta el próximo domingo día 22 de mayo, día de elecciones, y que reflexionemos sobre LA DEMOCRACIA, LA PARTICIPACIÓN Y LAS ELECCIONES.

Además, no voy a pedir el voto para ningún partido político, sólo voy a pedirte que te des un voto de confianza, ya que “la soberanía reside en el pueblo”, y tu eres parte de ese pueblo.

Trataré de exponer mis reflexiones lo más sencillamente posible, tal como yo lo entiendo y lo vivo. Espero que te sirva de algo, por lo menos que te haga pensar en lo que está pasando en y con nuestra democracia.
Estamos en un momento histórico por diversas razones, y una de las más señaladas es la crisis económica, pero también está la crisis ambiental y sobre todo la crisis social, y en esta, la crisis de la democracia.

Después de años sin democracia en este país, gracias a la presión democrática de la ciudadanía conseguimos que volviera la democracia, y uno de los logros que se consiguieron es que hubiera elecciones. Pero aunque en los primeros años se consiguieron muchas mejoras en lo que es el estado del bienestar, derechos laborales, sociales, etc., pronto llegamos a lo que denomino “el pico democrático”, y a partir de ahí entramos en la “curva des-democratizadora”, en la que muchos de los logros alcanzados y otros que quedaban por alcanzar, se fueron desvaneciendo. Es lo que algunos han denominado “el exterminio democrático de la democracia”, “vaciar la democracia”, “descafeinar la democracia”, “democracia de baja intensidad”, “mala calidad democrática”, etc.

“Resulta imposible negar hoy en día que hay algo que no funciona en lo que llamamos democracia y que la esperanza que suscitó antaño no se ha cumplido; resulta innegable que la política parece haber dejado de ser política, que ha calado profundamente el desánimo más que justificado en las personas demócratas, en las casas, las calles, las plazas, los pueblos y las urnas, ante la desorientación y la continua corrupción”.
Llevamos desde el año 1979 eligiendo a nuestros representantes más cercanos, y después de 32 años de elecciones, la principal esencia del sistema democrático, la PARTICIPACIÓN, sigue siendo la asignatura pendiente de esta democracia.

Si a eso le sumamos la gran contradicción que hay entre lo que quiere la mayoría de la ciudadanía, y lo que hacen los políticos elegidos por esa mayoría, considero que es URGENTE buscar otra solución, una democracia alternativa a esta representativa. Esta posibilidad la brinda la propia Constitución española.

¿Cómo es posible que si la mayoría de la población está en contra del recorte o la congelación de las pensiones, los políticos elegidos por parte de esa mayoría de la población, estén a favor?

¿Cómo es posible que si la mayoría de la población está en contra de la jubilación a los 67 años, los políticos elegidos por parte de esa mayoría de la población, estén a favor?

¿Cómo es posible que si la mayoría de la población está en contra de la Reforma Laboral, los políticos elegidos por parte de esa mayoría de la población, estén a favor?

¿Cómo es posible que si la mayoría de la población está en contra del recorte de las inversiones en Sanidad, los políticos elegidos por parte de esa mayoría de la población, estén a favor?

¿Cómo es posible que si la mayoría de la población está en contra del COPAGO en Sanidad, los políticos elegidos por parte de esa mayoría de la población, estén a favor?

¿Cómo es posible que si la mayoría de la población está en contra del recorte de las inversiones en Educación, los políticos elegidos por parte de esa mayoría de la población, estén a favor?

¿Cómo es posible que si la mayoría de la población está en contra de deterioro del territorio en Canarias, los políticos elegidos por parte de esa mayoría de la población, estén a favor?

Y así con muchas cosas más, la lista de incongruencias sería muy larga.

Ante este panorama, “lo que debería llamar la atención no es el avance irrefrenable de la abstensión, sino el elevado número de electores que siguen movilizándose para elegir a sus representantes, después de tantas pruebas de su mediocridad, y/o corrupción. Es esta constancia cívica de esas personas que siguen confiando en los políticos, lo que resulta admirable”.

Por todo lo expuesto y acogiéndonos al Art. 23.1 de la Constitución española, que dice: “Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal”,

Podríamos solicitar el próximo domingo día 22, que dada la situación a la que los representantes libremente elegidos en elecciones anteriores, desde el año 1979, hace 32 años, han llevado los asuntos públicos en este municipio, esta isla, esta comunidad autónoma, que a partir de hoy los asuntos públicos sean tratados directamente por los ciudadanos. Y a partir de ahí, seguir luchando por democratizar la democracia.

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